Este es uno de los 4 juegos que conmocionó los salones de las recreativas a finales de los 80, junto con Out Run, After Burner y Galaxy Force. ¿Y qué tienen estos juegos en común? Muy sencillo. Que son de Sega y ... que te podías montar en la máquina. Sin duda, la que mejor interactuaba con el usuario era After Burner, pero lo cierto es que la versión de Thunder Blade para montarse no se quedaba coja. Tenía una palanca para manejar el helicóptero, que unido a sus 2 perspectivas 3D hacían que te metieras enteramente en el papel de piloto. Cada fase se divide en 3 subfases, cada una con una perspectiva particular. Las mejores perspectivas son las 2 primeras, mientras que la tercera es una perspectiva donde se ve la planta, típico de cualquier matamarcianos tipo Xevious.

La versión de Amstrad está recreada con gran nivel de detalle. Tiene las 3 persepectivas, y aunque no es la recreativa, es una aceptable versión para 8 bits. El sistema de control es un poco complicado, pero tampoco se puede pedir mucho más. La pantalla, así como enemigos no tiene mucha definición, pero el desarrollo del juego en general es correcto, sin ser lento, y recreando los mismos escenarios que tiene la máquina, pero sacrificando cosas como los edificios (aquí son todos blancos). Tenemos 2 tipos de armas, cañón y misiles, que salen indistintamente. Este juego tiene autofire, lo cual resulta bastante útil.

Sistema de control: Con el botón disparo pulsado podemos acelerar o frenar, usando arriba o abajo. En cualquier caso, siempre es imprescindible despegar primero dejando la teclab Abajo pulsada.

Truco: 0 en el menú te da vidas infinitas.