La saga
Cauldron sobresalió por su originalidad desde la primera entrega. Esta es la tercera y última parte. Nos encontramos ante la reencarnación del mítico Three Wonders. El buen gusto y el alto nivel de este juego se hacen presentes desde la pantalla de carga. Lo primero que vemos es una pantalla a todo color,
con animaciones, cosa que no se había visto antes salvo muy contadas ocasiones. Cuando empezamos a jugar, vemos otra cosa aún más interesante si cabe. Pantallas a todo color, con mucha definición, y de gran tamaño, ocupando el 100% del área de pantalla. Y no sólo eso. Movimiento muy fluido y muy rápido, sprites muy vistosos, y un juego de avance horizontal, pero que no se mueve sobre una superfie lisa, sino irregular, de tipo montañoso. Nuestro protagonista puede saltar, agacharse, lanzar piedras con distinta fuerza, incluso coger una escoba y surcar los aires. El escenario no es estático, sino que podemos ver cosas como observar el movimiento de matorrales y helechos. El sonido tampoco es malo, aunque durante el juego no hay melodía (esto no es malo necesariamente). Y bueno, poco más puedo decir, salvo recomendaros que juguéis. Vale la pena. Como el movimiento es fluido, da gusto jugar. Ojalá hubiera habido más juegos así.
Las teclas que podéis usar son Q A P O Spc.