En esta segunda entrega de Postman Pat, cambiamos ligeramente la perspectiva, por la de un comic en blanco y negro, al estilo de las clásicas tiras de los periódicos. Al igual que en la primera parte, debemos ir haciendo misiones y entregas de cartas, pero ya no llevaremos nuestra preciosa furgoneta, sino que deberemos hacer las entregas a pie, lo que en ocasiones se volverá un largo camino, especialmente en los recorridos horizontales. Al igual que en la primera parte, hay un mapa, pero en esta ocasión nos viene ya hecho. Hay una zona bien delimitada donde están las casas, y otros lugares donde hay lugareños a los que habrá que ayudar (uno te pedirá una lintera (torch), otro te pedirá una bomba de aire (pump), otro un patinete, una señora te pedirá una escalera para bajar a su gato del árbol (ladder) y así). Cada vez que realicemos bien una misión, nos darán té, que es lo que sustenta a nuestro querido Pat (algo así como las espinacas de Popeye). Durante nuestro trayecto debemos entregar también 25 cartas, en un orden concreto. El orden se nos indica en el mapa. La siguiente carta se nos indica con una L (Letter). También, veremos por el camino una serie de pollos histéricos cuya única ilusión en la vida es quitarnos la saca y dejarla por ahí tirada. Luego pasaremos un buen rato buscando la saca, así que mejor ni acercarse a los pollos. En el mapa se ven con la letra C (Cock). Por otro lado, para no perder tanto tiempo en los desplazamientos, nuestro buen amigo tiene una furgoneta que nos permite llegar al siguiente lugar de entrega de la carta rápidamente. Para ello hay que buscar su furgoneta en el mapa con la letra v (van). Por último, la bomba de aire está rota, así que debemos arreglarla antes de entregarla. Otro de nuestros amigos nos arreglará aquello que precise reparación.

A nivel gráfico es pobre, si lo comparamos con el anterior, pero teniendo en cuenta que intenta imitar una tira gráfica de periódico, no está nada mal. Otros juegos, como Andy Capp, Garfield, Batman, The Caped Crusader o Snoopy también lo hicieron así, y especialmente en el caso de Andy Capp o Snoopy, que también fueron en blanco y negro. Sin embargo, se mueve con mucha soltura, y el desempeño del juego es ameno y entretenido. En mi caso, son del tipo de juegos que me gusta hacer cuando veo una película sin mucho entusiasmo, ya que no precisan gran atención, y son fáciles de terminar. A nivel sonoro tiene su canción y sus fx, bien logrados. Es un juego que consigue lo que pretende, sin ponerse una meta inalcanzable, y resultando muy simpático.