Este es uno de esos juegos más bien simplones donde su mayor defector es también su mejor baza. Tú eres ese avioncito negro que tiene que revolotear alrededor de un portaaviones y reventarlo. Pero para ello, no podrá dispararle directamente, sino que deberá disparar a los aviones verdes que también revolotean alrededor. Si les alcanzamos, se transformarán en bombas que caerán. Somos casi indestructibles, podemos hacer picados (la animación del picado es bastante buena) y pasar por debajo del agua. Ambos lados de la pantalla están interconectados. Lo único, que de vez en cuando, unos avioncitos azules se chocarán con nosotros y nos harán perder una vida. Cada fase es un barco distinto que atacar. Como cosa realmente curiosa, va cambiando el cielo según va pasando el día y la noche. Antes de empezar te puede dar la idea de que es un clon de Wings Of Fury. Lo siente, pero no.