El gato Cyril nos trae un juego curioso, pero que se mueve demasiado brusco, lo que no permite exprimir bien su contenido. Es un juego muy parecido a los que hubo de vista de planta a finales de los 80 (en recreativa hubo varios) pero que al moverse casilla a casilla no aprovecha bien lo que es la máquina. El menú está bien logrado en cuanto a apartado gráfico, pero sin embargo no está bien programado, pues es difícil hacer que te responda a las pulsaciones de teclas. Tardas un par de minutos en redefinir todo pero luego se consigue. La música del menú está chula, y los scrolls. La cosa parece que promete. El caso es que una vez que empezamos a jugar el juego no es adictivo ni está muy claro qué hacer. Te mueves de aquí para allá un poco intentando experimentar pero ahí no pasa nada, lo único que te matan una y otra vez.

Teclas: Redefinibles.