La Guarida del Dragon fue una mítica serie de television de los 80 en la que el caballero Dirk tenia que estar rescatando continuamente a la caprichosa Daphne. La gracia de estos dibujos animados, además de su conocda banda sonora (que se parece a la de
El Zorro), es que en cada situación importante donde Dirk tenía que elegir, en los dibujos se mostraba lo que pasaría si Dirk hiciera tal cosa (what if ...), llevando cada una de estas opciones al fracaso. Finalmente Dirk se decantaba por la opción más buena, que salvaba a Daphne y le permitía quedarse con el oro del dragón. El enemigo de Dirk es Singe, un dragón que está en un castillo (no iba a estar en una caja de cerillas) y que tiene oro a patadas, y que está buscando un intrépido concursante que le alivie de tan pesada carga (como el señor ese de La 6 que todo el rato quiere regalar el dinero al tonto que le diga cuantos triangulos hay en la caja que aparece en pantalla).
Cuando esta serie se adaptó a las recreativas, se siguió la misma tónica que en la television, con imágenes igual de grandes y animadas, y situaciones donde sólo había una posible solución. Esta máquina pronto se hizo famosa, por sus gráficos de alta resolución, y la gente se iba allí con sus chuletitas de lo que habia que hacer para avanzar (las opciones son arriba, abajo, izquierda y derecha, habiendo sólo una opción posible en cada momento). La maquinita en cuestión llevaba un laser disc donde iban grabadas todas y cada una de las secuencias, por lo que la máquina realmente no hacia más que reproducir las pistas, y no animaba nada, sólo saltaba de una pista a otra del láser disc según el juego iba avanzando.
Aunque en las plataformas de 16 bits no era muy difícil implementar esto, debido a que sólo se necesitaba un acceso rápido (a disco o cartucho) y una buena paleta de colores, en los 8 bits no había ninguna de estas dos cosas. De forma que para el CPC se hicieron fases nuevas, eso sí, cada una de ellas de desarrollo muy distinto del anterior donde había distintas misiones que cumplir. Todo el juego está ambientado con melodías propias para cada fase e inspiradas en la serie.Incluso algunas fases tienen gráficos extremadamente grandes, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de un CPC, lo que lo convierte en un juego increíblemente bueno a todos los niveles. Por supuesto, la jugabilidad es muy buena, Dirk se mueve rápido, y los efectos y animaciones están a la misma altura.
El único fallo que se le puede achacar es que este juego es muy dado a fallar en la carga, y no permite hacer rewind tape para repetir el bloque, sino que directamente se queda parado. Por lo demás, un juego excelente y con una dificultad muy elevada, que hace que casi nadie haya sido capaz de pasar de la primera fase (ni en el 1 ni en el 2).
Se echa de menos un manual donde se indique en qué consiste cada fase y qué movimientos son posibles. Otra cosa curiosa es que los dragones de la primera fase parecen canguros dando botes (ver captura).
Las secuelas de este juego fueron
Dragons Lair 2 Escape From Singes Castle y Space Ace (sólo para 16 bits).