Este es uno de los juegos de Amstrad es los que no hay que matar nada,
y que todo su encanto descansa sobre la mente. La idea es algo muy
sencilla. Consiste en disparar un rayo, y que vaya rebotando por
distintos espejos que tendrás que orientar convenientemente para que el
rayo llegue a sitios en principio inaccesibles. Hay espejos fijos,
curvos, teletransportadores y más cosas que no os desvelo.
Juego muy recomendado para los amantes de juegos como
Puzznic o Atomix.