Este juego fue ya tardío en la época del CPC y por ello se benefició de lo que eran las tendencias de los videojuegos de 16 bits. Por entonces ya existían joyas como Test Drive, Street Rod para PC y Amiga, e incluso el reciente GTA, y elementos como huir de la policía (lo cual se ha mantenido hasta los vidoejuegos de hoy en día en títulos como The Need For Speed o las secuelas de Test Drive) o reparar y mejorar nuestro buga ya están presentes en este título.
Dicho esto, si habéis jugado a Street Rod, Crazy Cars es muy parecido. Tienes un coche y debes inscribirte en diversas carreras callejeras apostando al estilo del póker. Uno mete pasta y los demás deben igualar la apuesta. Como cosa especial, tenemos nitros que podemos lanzar con el Intro. Esto nos da supervelocidad durante unos segundos. Si bien las pistas de los circuitos no suelen ser muy anchas, además tenemos multitud de tráfico, y el coche resulta difícil de controlar en las curvas. Por si esto fuera poco, si un contrario nos rebasa, tardaremos como 40 o 50 segundos en volver a darle alcance, mientras la policía intenta destruirnos el coche. Casi ná. Por suerte, tendremos premio tanto si llegamos los primeros como si quedamos dentro de las 3 primeras posiciones (algo es algo).
En el apartado técnico, diremos que se ha sacrificado el lado gráfico (como en los otros Crazy Cars) para potenciar la jugabilidad y la rapidez. Digamos que se ha conseguido. Es un juego para jugarlo desde disco obviamente, pues hace uso de la multicarga continuamente, pasándonos del menú al taller, del taller al comienzo de la fase, luego a la fase, y luego al menú. Desde cinta es impensable. En cuanto a lo sonoro, es corrientito. La IA tampoco sobresale pero tampoco es mala. Justa. En originalidad sí destaca, pero por lo dicho anteriormente: este juego en PC no tendría mucho mérito pero en CPC no era fácil llevarlo a la práctica.